lunes, 30 de noviembre de 2015

El arte de la meditación

El lama Matthieu Ricard nos habla sobre la motivación a la hora de meditar.

Buda y su iluminación

Con sus armas tentadoras, Mara (el Ego), intenta, de todas las maneras posibles, sacar a Buda de su estado meditativo. Pero la concentración y voluntad del sabio son tan firmes que no consigue sus propósitos. Interesante video para entender la forma en que el Budismo plantea el concepto psicológico de "La Sombra".

"Las tres hijas de MARA tentaron al BODHISATTVA, pero no reparó en ellas, y cuando vio MARA que no podía encender ningún deseo en el corazón del SRAMANA victorioso, ordenó a todos los espíritus malignos que, obedientes a sus mandatos, atacaran y aterrasen al gran MUNI".

"Pero el Bienaventurado los contempló como quien mira los juegos inocentes de los niños y el ardiente odio de los malos espíritus quedó sin resultado. Las llamas del infierno se hicieron saludables brisas perfumadas y los rayos furibundos se trocaron en flores de loto".

"Ante esto MARA, y su ejército huyeron. Mientras tanto, de las alturas celestes caía una lluvia de flores y se oían las voces de los buenos espíritus".

"¡Ved el gran MUNI! ¡El odio no conmueve su espíritu! Las legiones del malo, no le han intimidado. Es puro y sabio; está lleno de amor y compasión".

"Como los rayos del sol barren las tinieblas del mundo, así el que persevera en su busca encontrará la verdad y la verdad le iluminará".

El arte de la compasión (Redes)

Según el biólogo y monje budista Matthieu Ricard, la felicidad no es una sucesión interminable de placeres que terminan por agotamiento, sino una forma de ser. Y si es así, ¿no deberían nuestros hijos aprender en el colegio a ser felices? ¿No es acaso lo que desea cualquier madre o padre de hoy en día? Para permitir aflorar la compasión y la naturaleza buena que todo ser humano lleva dentro, la ciencia está descubriendo los beneficios de la meditación. Aprender a meditar puede ayudarnos a convivir con una mente más clara y más hábil a la hora de lidiar con las emociones negativas y fomentar las emociones positivas.


Beneficios de la meditación (TVE)

Documental donde se analizan cientificamente los efectos de la meditación en nuestro cerebro.

Sobre los hábitos de la felicidad

Aunque no lo creamos, ser feliz no es tan dificil.

Meditación y control del stress

Beneficios a la luz de la ciencia de una técnica tan milenaria como la meditación que resulta en nuestros días una valiosa opción para mejorar la salud física y espiritual. Documental de National Geographic Channel.

THRIVE (PROSPERAR): ¿Cuanto le costará al planeta?

THRIVE (PROSPERAR) es un documental poco convencional que levanta el velo de lo que realmente pasa en nuestro mundo, siguiendo el dinero aguas arriba, el descubrimiento de la consolidación global de energía en casi todos los aspectos de nuestras vidas. Tejer avances en la ciencia, la conciencia y el activismo, THRIVE ofrece soluciones reales, nos da el poder con estrategias audaces y sin precedentes para la recuperación de nuestras vidas y nuestro futuro.


Científicos, líderes espirituales y grandes personalidades se unen aquí para levantar su voz: Duane Elgin, Nassim Haramein, Steven Greer, Jack Kasher, Daniel Sheehan, Adam Trombly, Brian O’Leary, Vandana Shiva, John Gatto, John Robbins, Deepak Chopra, David Icke, Catherine Austin Fitts, G. Edward Griffin, Bill Still, John Perkins, Paul Hawken, Aqeela Sherrills, Evon Peter, Angel Kyodo Williams, Elisabet Sahtouris, Amy Goodman, and Barbara Marx Hubbard.

La Geometría del Sonido

Vivimos en un mundo de sonidos. En todo sonido o palabra existe un valor externo y otro interno. Es precisamente el valor interno, la esencia o substancia principal de la palabra. Eso es la Gnosis del Sonido.

El Evangelio de Judas (National Geographic)

¿Qué pasaría si descubrimos que Jesús organizó su propia ejecución? Uno de los hombres más odiados de la historia nos muestra una nueva versión de los últimos días de Cristo. Uno de los descubrimientos más importantes en arqueología bíblica nos ofrece una nueva versión sobre la traición a Jesús. ¿Qué pasaría si redescubrieran un antiguo evangelio que brinda una perspectiva radicalmente opuesta del hombre que la historia describe como el peor de los villanos? Interesante documental en 7 partes. 

1ª Parte


Los Evangelios Gnósticos (National Geographic)

La palabra Evangelio significa "Buena Nueva": del griego εαγγλιον, "evangelio": de buena nueva (la de salvación, por antonomasia),eu: bien, y angelía: noticia. 

En términos gnósticos diremos que son las revelaciones que los apóstoles testimonian después de la resurrección de Jesús. Pero un sólo evangelio (revelación) no podrá contar en forma completa lo que ha sucedido en el transcurso de ese tiempo. Por lo tanto, la misma Verdad se revelará desde distintos ángulos, a través de cada uno de los principales discípulos de Jesús, incluyendo algunas santas mujeres, hasta formar el cuadro completo de la magna obra de Dios que públicamente se expresó a través del Maestro de Maestros, Jesús de Nazareth. 

Oficialmente sólo se reconocerán con el tiempo cuatro evangelios, que son los de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, siendo los tres primeros evangelios, sinópticos, (del griego, “ver juntos”) por su similitud, mientras el cuarto será llamado “el evangelio del corazón” por su gran elevación espiritual. 

El descubrimiento de los evangelios apócrifos de Nag Hammadi pondría de manifiesto que los testimonios sobre esa misma Verdad, se expresa en cada uno de los apóstoles de muy diversa manera, no existiendo ninguna contradicción entre ellos, sino más bien una variada forma de explicar la misma realidad.

Los Caballeros Templarios (Canal Historia)




El Hijo de Dios





La Pirámide (La Otra Realidad)

Seguramente el documental más serio que se ha hecho sobre la pirámide de Keops. Del Dr. Jimenez del Oso.



Tiahuanaco





Los primeros cristianos (Canal Historia)

Despues de la crucifixión de Jesús de Nazareth, las comunidades cristianas seguidoras del Mesias, se multiplican y expanden hacia diversos lugares del mundo a predicar sus enseñanzas. Destaca en este movimiento expansivo, la figura de San Pablo, llamado antes Saulo, que recorrió miles de kilómetros predicando la "Buenanueva" del Cristo.



¡No te duermas!


Oh buscador,
escucha el verdadero anhelo de tu corazón,
¡no te duermas!
 
Has pasado mil noches
en la cuna del sueño
y tan sólo una noche te pido.
En aras del Amigo.
¡no te duermas!
 
El Testigo amante nunca de noche duerme,
sigue tú Su camino:
Entrégate a Él,
¡no te duermas!
 
Atención a esa aciaga noche
en que clamarás a Dios en agonía
¡No te duermas!

Cuando venga esa noche la muerte a recibirte, 
en el espanto de esa noche, oh cansado
¡no te duermas!
 
Aun las piedras gritan al ser atadas
con el peso de esas cadenas,
No eres tú una piedra,
recuerda esas cadenas,
¡no te duermas!
 
Aunque te tiente la noche cual hermosa doncella,
no bebas de su copa.
Teme la mañana venidera,
y ¡no te duermas!
 
Dice Dios: “De noche velarán conmigo mis predilectos”
Si esas palabras oyes,
¡no te duermas!
 
Teme esa espantosa noche
en la que no podrás encontrar refugio alguno.
¡Almacena tus provisiones esta misma noche!
¡Cuidado! ¡No te duermas!
 
Cuando el mundo está dormido,
encuentran los Santos su tesoro,
en aras del Amor que siempre da,
¡no te duermas!
 
Cuando tu espíritu esté viejo y gastado,
otro nuevo te dará Él,
serás entonces el puro espíritu de todo.
Oh tú que esperas, ¡no te duermas!
 
Una y otra vez te he dicho:
¡entra en ese silencio interno!,
pero sigues sin oírme.
Dame una sola noche
y te daré a cambio mil.
¡No te duermas!

Yalal ad-Din Muhammad Rumí

Nada te turbe


Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.

Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.

Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.



Teresa de Ávila

Oración de San Francisco


Oh Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
Donde hay odio, que yo lleve el amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el perdón.

Donde hay discordia, que yo lleve la unión.
Donde hay duda, que yo lleve la fe.
Donde hay error, que yo lleve la verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.
Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
A ser consolado, sino a consolar.
A ser comprendido, sino a comprender.
A ser amado, sino a amar.

Porque:
Es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.

San Francisco de Asís

Ayes de destierro

Ansiosa de verte,
deseo morir.

¡Oh muerte benigna,
socorre mis penas!
Tus golpes son dulces,
que el alma libertan.
¡Qué dicha, oh mi Amado,
estar junto a Ti!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

El amor mundano
apega a esta vida;
el amor divino
por la otra suspira.
Sin ti, Dios eterno,
¿quién puede vivir?
Ansiosa de verte,
deseo morir.

La vida terrena
es continuo duelo:
vida verdadera
la hay sólo en el cielo.
Permite, Dios mío,
que viva yo allí.
Ansiosa de verte,
deseo morir.

¿Quién es el que teme
la muerte del cuerpo,
si con ella logra
un placer inmenso?
¡Oh! sí, el de amarte,
Dios mío, sin fin.
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Mi alma afligida
gime y desfallece.
¡Ay! ¿quién de su amado
puede estar ausente?
Acabe ya, acabe
aqueste sufrir.
Ansiosa de verte,
deseo morir.

El barbo cogido
en doloso anzuelo
encuentra en la muerte
el fin del tormento.
¡Ay!, también yo sufro,
bien mío, sin ti,
Ansiosa de verte,
deseo morir.

En vano mi alma
te busca oh mi dueño;
Tú, siempre invisible,
no alivias su anhelo.
¡Ay! esto la inflama,
hasta prorrumpir:
Ansiosa de verte,
deseo morir.

¡Ay!, cuando te dignas
Entrar en mi pecho,
Dios mío, al instante
el perderte temo.
Tal pena me aflige
y me hace decir:
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Haz, Señor, que acabe
tan larga agonía;
socorre a tu sierva
que por ti suspira.
Rompe aquestos hierros
y sea feliz.
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Mas no, dueño amado,
que es justo padezca;
que expíe mis yerros,
mis culpas inmensas.
¡Ay!, logren mis lágrimas
te dignes oír:
Ansiosa de verte,
deseo morir.

  
Santa Teresa de Ávila

En respuesta a mí plegaria


Oh Señor, dame un corazón 
libre de las llamas del deseo.
Dame una mente 

libre de las olas del engaño.
 
Oh Señor, dame ojos 

que no vean más que Tu gloria.
Dame una mente 

que se deleite en Tu servicio.
Dame un alma 

embriagada por el vino de Tu sabiduría.
 
Oh Señor, mi deseo es encontrarte 

pero mis fuerzas no alcanzan 
para comprenderte.
Recordarte es el solaz 

de mi apenado corazón, 
constantes compañeros
son los pensamientos de Ti, 

te aclamo noche y día. 
La llama de Tu amor brilla 
en la oscuridad de mi noche.
 
Oh Señor, quien Tú matas
no huele a sangre,
Quien Tú quemas no huele a humo, 

pues aquél que quemas es feliz ardiendo, 
y aquél que matas se deleita en la muerte.
 
Oh Señor, aunque venenosa
sea la flor azul 

es de Tu jardín, 
y aunque 'Abdullah sea un pecador, 
es de Tu pueblo.
 
Oh Señor, cuando pienso
en Tu compasión 

me siento como un rey coronado; 
cuando pienso en mis pecados 
soy como polvo,
y aún menos que el polvo.
 
La vida de mi cuerpo palpita sólo por Tí.
Mi corazón late resignado a Tu voluntad.
Sí la hierba creciera sobre mis cenizas 

cada brizna temblaría con devoción a Ti. 

Mayra Bint Abi Ya´Qub Al-Faysyku Al-Ansari

¡Oh llama de amor viva!


¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya si quieres,
rompe la tela deste dulce encuentro.
 
¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida la has trocado.
 
¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba escuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su querido!
 
¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras!
Y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno
¡cuán delicadamente me enamoras!

San Juan de la Cruz

Sobre la necesidad de acudir a la Santísima Virgen


Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡invoca a María!

Si te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia, de la envidia, mira a la Estrella, ¡invoca a María.

Si la cólera, la avaricia, la sensualidad de tus sentidos quieren hundir la barca de tu espíritu, que tus ojos vayan a esa Estrella: ¡invoca a María!

Si ante el recuerdo desconsolador de tus muchos pecados y de la severidad de Dios, te sientes ir hacia el abismo del desaliento o de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella, e invoca a la Madre de Dios.

En medio de tus peligros, de tus angustias, de tus dudas, piensa en María, ¡invoca a María.

El pensar en Ella y el invocarla, sean dos cosas que no se aparten nunca ni de tu corazón ni de tus labios. Y para estar más seguro de su protección, no te olvides de imitar sus ejemplos. Siguiéndola no te pierdes en el camino.

¡Implorándola no te desesperarás! ¡Pensando en Ella no te  descarriarás

Si Ella te tiene de la mano no te puedes hundir. Bajo su manto nada hay que temer.

¡Bajo su guía no habrá cansancio, y con su favor llegarás felizmente al Puerto de la Patria Celestial! Amén.

San Bernardo

La alegría perfecta según San Francisco de Asís


Si, cuando lleguemos a Santa María de los Angeles, mojados como estamos por la lluvia y pasmados de frío, cubiertos de lodo y desfallecidos de hambre, llamamos a la puerta del lugar y llega malhumorado el portero y grita: «¿Quiénes sois vosotros?» 

Y nosotros le decimos: «Somos dos de vuestros hermanos». Y él dice: «¡Mentira! Sois dos bribones que vais engañando al mundo y robando las limosnas de los pobres. ¡Fuera de aquí!» Y no nos abre y nos tiene allí fuera aguantando la nieve y la lluvia, el frío y el hambre hasta la noche. 

Si sabemos soportar con paciencia, sin alterarnos y sin murmurar contra él, todas esas injurias, esa crueldad y ese rechazo, y si, más bien, pensamos, con humildad y caridad, que el portero nos conoce bien y que es Dios quien le hace hablar así contra nosotros, escribe, ¡oh hermano León!, que aquí hay alegría perfecta. 

Y si nosotros seguimos llamando, y él sale fuera furioso y nos echa, entre insultos y golpes, como a indeseables importunos, diciendo: «¡Fuera de aquí, ladronzuelos miserables; id al hospital, porque aquí no hay comida ni hospedaje para vosotros!» 

Si lo sobrellevamos con paciencia y alegría y en buena caridad, ¡oh hermano León!, escribe que aquí hay alegría perfecta. 

Y si nosotros, obligados por el hambre y el frío de la noche, volvemos todavía a llamar, gritando y suplicando entre llantos por el amor de Dios, que nos abra y nos permita entrar, y él más enfurecido dice: «¡Vaya con estos pesados indeseables! Yo les voy a dar su merecido». 

Y sale fuera con un palo nudoso y nos coge por el capucho, y nos tira a tierra, y nos arrastra por la nieve, y nos apalea con todos los nudos de aquel palo; si todo esto lo soportamos con paciencia y con gozo, acordándonos de los padecimientos de Cristo bendito, que nosotros hemos de sobrellevar por su amor, ¡oh hermano León!, escribe que aquí hay alegría perfecta.
 
Y ahora escucha la conclusión, hermano León: por encima de todas las gracias y de todos los dones del Espíritu Santo que Cristo concede a sus amigos, está el de vencerse a sí mismo y de sobrellevar gustosamente, por amor de Cristo Jesús, penas, injurias, oprobios e incomodidades. 

Porque en todos los demás dones de Dios no podemos gloriarnos, ya que no son nuestros, sino de Dios; por eso dice el Apóstol: ¿Qué tienes que no hayas recibido de Dios? Y si lo has recibido de Él, ¿por qué te glorías como si lo tuvieras de ti mismo? Pero en la cruz de la tribulación y de la aflicción podemos gloriarnos, ya que esto es nuestro; por lo cual dice el Apóstol: No me quiero gloriar sino en la cruz de Cristo.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Los tres árboles



Había una vez tres árboles en una colina de un bosque. Hablaban de sus sueños y esperanzas, y el primero dijo:
-Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos; todos verán mi belleza.

El segundo árbol dijo:
-Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré a los más grandes reyes y reinas a través de los océanos e iré  todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza.

Finalmente el tercer árbol dijo: 
-Yo quiero crecer para ser el más recto de grande de todos los árboles en el bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirarán mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos, y cuan cerca estoy de alcanzarlo, Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará.

Después de unos años de orar para que sus sueños se cumplieran, unos leñadores vinieron donde estaban los árboles. Cuando uno vio al primer árbol dijo:
-Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero. 

Y comenzó a cortarlo.

El árbol estaba muy feliz con la idea de poder convertirse en un cofre de tesoros. El otro leñador dijo, mientras observaba al segundo árbol:
-Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto. 

El segundo árbol se puso muy feliz porque iba camino de convertirse en una poderosa embarcación.

El último leñador se acercó al tercer árbol; este estaba muy asustado pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se haría realidad. El leñador dijo entonces:
-No necesito nada especial del árbol que corté, así que tomaré este.

Y cortó al tercer árbol.

Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había orado.

El segundo árbol fue convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños habían llegado a su final.

El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega. Años más tarde, los árboles olvidaron los sueños y esperanzas por las que tanto habían orado.

Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al pesebre. Ella dio a luz a un niño y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue convertido el primer árbol. El hombre deseaba haber tenido una cuna para su bebe, pero este cajón serviría. El árbol sintió la gran importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia.

Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa que antes había sido el segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua, se desató una gran tormenta y la balsa no se sintió lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. 

Despertaron al que dormía, éste se levantó y dijo:
-¡Calma! ¡Quédate quieto! Y la tormenta y las olas se detuvieron. En este momento, el segundo árbol supo que había llevado a bordo al Rey de reyes y Señor de señores.

Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el hombre fue clavado en la tabla y levantado para morir en la cima de la colina. 

Cuando llegó el domingo, el tercer árbol supo que fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él.

Los tres árboles llegaron a esta conclusión. 

No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros. A veces sus caminos no son nuestros caminos, pero... ¡sus caminos siempre son mejores!

¿Qué planes tienes para tu vida?

Historia de las tres calaveras


Una vez, apareció un Rakshasa en el Darbar del Raja Vikramiditya con tres calaveras y le dijo que mataría a todos los Pandits de su corte, si no eran capaces de escoger la mejor calavera de las tres, en una semana. Vikramidtya accedió a su propuesta y llamó inmediatamente a todos sus Pandits y les dijo el mensaje del Rakshasa. Todos los Pandits temblaron de terror cuando lo oyeron. Pero, afortunadamente, había un Pandit inteligente llamado Rajaram Shastri. Animó a todos los Pandits y dijo al Raja que él seleccionaría, sin ninguna dificultad, la mejor calavera para el Rakshasa.

Pasados siete días, el Rakshasa se dirigió de nuevo al palacio del Raja. El Pandit Rajaram Shastri entró en la sala y dijo:
-La calavera en la que entre esta barra de hierro de una oreja a otra es la peor. No vale ni un céntimo. Aquella calavera en la que la barra de hierro pase de una oreja a la boca es la mediana. Y la calavera en la que la barra pase directamente de una oreja hasta el corazón es la mejor de todas.

Entonces, entregó al Rakshasa la mejor calavera. El Rakshasa se inclinó, bajó la cabeza avergonzado y abandonó el Darbar. El Raja, naturalmente, honró al Pandit con ricos presentes de oro, mantones y vacas.

La moraleja de la historia es que aquellos que oyen enseñanzas religiosas por un oído y dejan que salga por otro, sin pensar más ni practicar esas valiosas instrucciones, son personas sin valor, como la peor calavera. Aquellos que oyen las enseñanzas por un oído y hablan de estos asuntos, aunque sea de vez en cuando, son la clase mediana, como la calavera mediana. Pero aquellos que oyen las instrucciones por un oído y las dejan pasar profundamente hasta el corazón y las practican con sinceridad, son la mejor clase de personas, como la mejor calavera.

Citada por Swami Sivananda

Vuestra soy



Vuestra soy, para Vos nací,
¿qué mandáis hacer de mí?

Soberana majestad,
eterna Sabiduría,
bondad buena al alma mía;
Dios alteza, un ser, bondad,
la gran vileza mirad
que hoy os canta amor así,
¿qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, pues me criastes,
vuestra, pues me redimistes,
vuestra, pues que me sufristes,
vuestra, pues que me llamastes,
vuestra, porque me esperastes,
vuestra, porque no me perdí,
¿qué mandáis hace de mí?

¿Qué mandáis, pues, buen Señor
que haga tan vil criado?
¿Cual oficio le habéis dado
a este esclavo pecador?
Veisme aqui, mi dulce Amor,
amor dulce, veisme aquí:
¿qué mandáis hacer de mí?

Veis aquí mi corazón, 
yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma,
mis entrañas y aflicción;
dulce Esposo y redención,
pues por vuestra me ofrecí, 
¿qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida,
dad salud o enfermedad,
honra o deshonra me dad,
dadme guerra o paz crecida,
flaqueza o fuerza cumplida,
que a todo digo que si,
¿qué mandáis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
dad consuelo o desconsuelo,
dadme alegría o tristeza,
dadme infierno o dadme cielo,
vida dulce, sol sin velo,
pues del todo me rendí,
¿qué mandáis hacer de mí?

Si queréis, dadme oración,
si no, dadme sequedad,
si abundancia y devoción,
y si no esterilidad,
Soberana Majestad,
sólo hallo paz aquí,
¿qué mandáis hacer de mí?

Dadme pues, sabiduría,
o por amor, ignorancia,
dadme años de abundancia,
o de hambre y carestía,
dad tiniebla o claro día,
revolvedme aquí o allí,
¿qué mandáis hacer de mí?

Si queréis que esté holgando,
quiero por amor holgar,
Si me mandáis trabajar,
morir quiero trabajando.
Decid, ¿dónde, cómo y cuando?
Decid, dulce Amor, decid,
¿qué mandáis hacer de mí?

Dadme Calvario o Tabor,
desierto o tierra abundosa;
sea Job en el dolor,
o Juan que al pecho reposa,
sea viña fructuosa
o estéril, si cumple así,
¿qué mandáis hacer de mí?

Sea José puesto en cadenas,
o de Egipto adelantado,
o David sufriendo penas,
o ya David encumbrado,
sea Jonás anegado,
o libertado de allí,
¿qué mandáis hacer de mí?

Esté callando o hablando,
haga fruto o no le haga,
muéstreme la ley mi llaga,
goce del Evangelio blando,
esté penando o gozando,
sólo vos en mí vivid,
¿qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, para Vos nací,
¿qué mandáis hacer de mí?

Teresa de Ávila