lunes, 30 de noviembre de 2015

En respuesta a mí plegaria


Oh Señor, dame un corazón 
libre de las llamas del deseo.
Dame una mente 

libre de las olas del engaño.
 
Oh Señor, dame ojos 

que no vean más que Tu gloria.
Dame una mente 

que se deleite en Tu servicio.
Dame un alma 

embriagada por el vino de Tu sabiduría.
 
Oh Señor, mi deseo es encontrarte 

pero mis fuerzas no alcanzan 
para comprenderte.
Recordarte es el solaz 

de mi apenado corazón, 
constantes compañeros
son los pensamientos de Ti, 

te aclamo noche y día. 
La llama de Tu amor brilla 
en la oscuridad de mi noche.
 
Oh Señor, quien Tú matas
no huele a sangre,
Quien Tú quemas no huele a humo, 

pues aquél que quemas es feliz ardiendo, 
y aquél que matas se deleita en la muerte.
 
Oh Señor, aunque venenosa
sea la flor azul 

es de Tu jardín, 
y aunque 'Abdullah sea un pecador, 
es de Tu pueblo.
 
Oh Señor, cuando pienso
en Tu compasión 

me siento como un rey coronado; 
cuando pienso en mis pecados 
soy como polvo,
y aún menos que el polvo.
 
La vida de mi cuerpo palpita sólo por Tí.
Mi corazón late resignado a Tu voluntad.
Sí la hierba creciera sobre mis cenizas 

cada brizna temblaría con devoción a Ti. 

Mayra Bint Abi Ya´Qub Al-Faysyku Al-Ansari